A la hora de construir o reformar una vivienda, la elección de las puertas de cada estancia es una decisión muy importante y que hay que meditar con calma. Por eso hoy os queremos hablar de los diferentes tipos de puertas correderas que podemos instalar.
Nosotros somos especialistas en construcción y reformas, y cada vez que comenzamos con un nuevo proyecto, asesoramos a nuestro cliente en esta decisión.
Hay distintos tipos de puertas de interior, desde las más clásicas a las más modernas. Una de las tendencias en auge en todo tipo de viviendas son las puertas correderas o corredizas.
A pesar de que llevan años existiendo puede que sean algo desconocidas para muchos de vosotros, pero lo cierto es que cada vez se están utilizando más, sobre todo es viviendas de pequeño tamaño.
Si estás pensando en cambiar tus puertas o estás en proceso de decidir qué tipo de puerta es mejor para tu casa, en este blog te vamos a explicar en detalle todos los tipos de puertas que puedes adquirir en el mercado para que escojas el que mejor se adapte a tus necesidades.
Pero antes de empezar a hablar sobre las diferentes puertas correderas que existen, veamos que otras puertas podemos encontrar.
¡Empezamos!
Puertas de interior
Las puertas del interior de las casas son un elemento muy importante que además tiene muchas funciones.
Sirven como aislante acústico y térmico, como medio para separar distintos ambientes dentro de la vivienda y claramente, como elemento decorativo.
Los acabados y el estilo que tengan, aportarán un toque diferente y elegante al hogar.
Para elegir qué tipo de puertas se adaptan mejor a la casa y a las necesidades que se tengan, hay que tener en cuenta el espacio que ocupa cada tipo y como combina con el resto de elementos de la estancia donde se vaya a colocar.
Podemos encontrar diferentes puertas de interior para nuestros hogares, aquí te explicamos las más comunes.
-Puertas abatibles: este tipo de puerta es la más común en los hogares de todo el mundo. Pueden ser de una hoja o dos, ciegas o tener algún cristal…
Lo normal es que vayan pegadas a una pared y se abren formando un ángulo recto respecto de la pared. Hay que tener en cuenta que al abrir estas puertas, ocupan mucho espacio, por lo que si la estancia es pequeña, tal vez no sea la mejor opción.
-Puertas plegables: no son tan comunes de ver como las anteriores, pero lo cierto es que son muy económicas y perfectas para estancias donde el espacio es reducido o el presupuesto no es muy elevado. Están formadas por varias “láminas” que se pliegan unas sobre otras.
-Puertas pivotantes: debido al gran tamaño de las hojas de este tipo de puerta, son menos utilizadas en las viviendas. La puerta gira sobre un eje vertical.
-Puertas correderas: las puertas correderas son perfectas para estancias donde el espacio es limitado. Hablando de manera general, podemos encontrar dos tipos: a la vista u ocultas.
Las primeras no necesitan obra y su instalación es relativamente sencilla. Únicamente habría que instalar la guía sobre la que se desliza la puerta.
El segundo tipo si requiere de una instalación y obra, ya que va dentro de la pared.
Ahora que ya conocemos los distintos tipos de puertas que hay, vamos a centrarnos en las puertas correderas y los distintos tipos de puertas que existen.
Tipos de puertas correderas
Las puertas correderas podemos clasificarlas atendiendo a diferentes criterios.
Forma de apertura y cierre
La manera en que se abra y cierre la puerta es algo muy importante, ya que depende del espacio que se tenga en la estancia y de donde se vaya a colocar.
De una hoja: las más sencillas de instalar y perfectas para los espacios interiores. Se puede instalar a la vista u oculta. El panel o la hoja se mueve de manera horizontal hacia ambos lados. Las podemos encontrar sobre todo en cocinas o baños.
Enfrentadas: en este caso tenemos dos puertas que se mueven de manera horizontal por el mismo carril, pero cada una en un sentido. Así se consigue una apertura de mayor tamaño en la estancia donde se vaya a colocar. Perfectas para salones amplios o para separar dos estancias de manera más visual. Son unas de las más comunes.
Paralelas: se colocan dos carriles paralelos de manera que cada panel quede por encima del otro. De esta manera, siempre habrá una parte que quede cubierta por una de las placas. Su instalación es de las más complicadas, ya que debe de quedar bien colocado para evitar perder la estética o el aislamiento. Por lo general se suelen utilizar en roperos o armarios.
Con una parte fija: como su nombre indica, cuenta con dos partes: una fija y otra móvil. La parte fija funciona como una pared y la parte móvil se comporta igual que las puertas de una hoja. Generalmente están hechas de cristal y se utilizan en espacios donde hace falta luz. El sitio más común para colocar este tipo de puertas es en las duchas.
Telescópicas: este tipo de puertas correderas apenas se utilizan en espacio interior, es más común verlas en los exteriores de las viviendas o en garajes.
Son de gran tamaño y su instalación no es nada sencilla. Tienen entre dos y tres hojas que se mueven en la misma dirección o en cadena.
Esquineras: su uso es más común en oficinas que en viviendas particulares. Como su nombre indica, se cierran en el vértice de una esquina, en un ángulo de 90 grados.
Correderas plegables: se suelen utilizar para conectar una estancia interior con una exterior como puede ser una terraza o un patio. Se abren y cierran como un acordeón. Generalmente están fabricadas en hierro.
Apilables: muy similares a las anteriores, pero se cierran como si fuera una persiana. También se utilizan para conectar estancias interiores con exteriores.
Material del que están fabricadas
Dependiendo del lugar donde se vaya a colocar la puerta, habrá materiales mejores o peores. Los tres materiales más comunes son:
Cristal: este material deja pasar la luz por lo que es perfecto para estancias donde apenas entra la luz natural. Las puertas correderas de este material se suelen colocar en cocinas, baños y oficinas. Es obligatorio que el cristal que se use para fabricarlas cumpla con la directiva europea que dice que todos los cristales deben ser templados y de seguridad. Dependiendo también de cómo esté tratado el cristal podremos obtener diferentes acabados en la puerta corredera.
Madera: es el material más utilizado para fabricar puertas de interiores. La madera es un aislante tanto térmico como acústico y se adapta a cualquier tipo de estancia y estilo. Colocar puertas corredizas de madera, aportará sin duda calidez al hogar.
Metal: no es el material más común en interiores, está destinado a las puertas de exterior o industriales. Un punto a favor de este material es que es muy duradero y resistente. Material perfecto para una decoración minimalista de la casa.
Si estás pensando en cambiar las puertas de tu casa o tienes que decidir qué tipo de puerta colocar para tu nueva vivienda, puede que una puerta corredera sea una muy buena opción.
Ahora ya conoces todos los tipos de puertas correderas que existen, pero recuerda que si tienes dudas y no te decides, nuestros profesionales estarán encantados de echarte una mano para que consigas la casa de tus sueños.